La sangre de Jesús nunca me ha fallado
Nunca me gustó la música clásica. Supongo que me pasaba lo mismo que con el francés (el idioma, no Guilhem), que asociaba a la gente que le gustaba como pretenciosa y una idea de bohemia y hippie. Aún me cuesta un poco hacer la distinción.
La música clásica siempre era vendida como esa música que oye la gente culta que solo podías entender si tenías un nivel de intelectualidad alto. Y siempre me pareció molesta esa figura del intelectual, además de opulenta. Si hubiera sabido que el latín y el griego tenía esa misma asociación creo que nunca lo habría …
(leer más)